miércoles, 29 de septiembre de 2010

Pagafantas

Este término, es como la regla del tres, el que no haya oído hablar de él, se la han metido doblada, vamos que ha pecado de primo.
No hay que confundir NUNCA follamigo con pagafantas, son dos cosas totalmente opuestas, como la simbiosis y el parasitismo y ahora os explico por qué.
Ya sabéis, los que me conocéis al menos, que tengo fama de abusar un poquito más de la cuenta de los hombres, pero es que ellos, se dejan, es tan fácil conseguir de ellos todo lo que nos hace falta…

Animalitos

Y es que poner un pagafantas en tu vida, debería ser un slogan obligatorio, es como tener un vestido negro de “fondo de armario”, que nunca está de más, pero también es cierto, que pueden ser un arma de doble filo, hay que saber cuando dejarlos marchar. Pueden volverse en tu contra si no los sabes controlar, sobre todo en ese desesperado momento en el que se lanzan a la piscina y descubren que no hay agua, aunque algunos tardan bastante en darse cuenta…

Animalitos

Puede ser cruel, pero la relación entre un pagafantas y el objeto de su deseo tiene que ser lo más parasitaria posible, porque como empecemos con el dar y recibir todo acaba mal, hay que hilar muy fino en estas situaciones.

Una servidora, siempre tiene un par de pagafantas en nómina
POR QUÉ, OS PREGUNTARÉIS,
Porque vienen tan bien como pasar por debajo de un andamio un día de bajón, y aunque esté mal decirlo públicamente (porque es otro de los secretos mejor guardados de las mujeres), vienen que ni al pelo cuando te ves un poco apuradilla de fondos, porque como dice su significado, te pagarán todas las “fantas” (léase copas, cenas, regalos subliminales…)

Yo he tenido de todos los tipos y de todas las edades, pero el peor sin lugar a dudas ha sido el último… y es que no hay que incumplir la regla de oro, JAMÁS JAMÁS JAMÁS te tires a un pagafantas, ellos solo quieren cariño y esperanzas!! No lo liéis con el sexo. Sino os pasará como a mi, que casi tengo que poner una orden de alejamiento, y no os preguntéis ¿qué les doy? Porque yo también lo hago.

Es tan fina la línea que separa a un amigo, de un follamigo y tan gorda la línea que separa a un pagafantas de todo lo demás...

Siempre se dice que no hagas lo que no quieras que te hagas, pero a las mujeres nos viene tan bien un hombro sobre el que llorar y más cosas…

¿Quién no ha tenido nunca un pagafantas en su vida? Yo os insto a que os busquéis uno o dos, si son pequeños.

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